viernes, 2 de agosto de 2013

Julio en malas compañías


Noche clásica, jueves de miniconcierto a cargo del Conservatorio Manuel de Falla.  
Profesoras Ema Wall - piano y Luciana Rodríguez - violín


Desde Oncativo, Rubén Capodaqua y su poesía


                                          Lilana Chávez, pajarito inspirador de bandadas


                                                                Cielo Matrángolo



                                                                     Luis Ferrari



 Jorge Flores Soler a quien felicitamos por su nuevo programa radial junto a María Alejandra Zega  "El fonógrafo de papel"  por Radio Tortuga

                                             


Gonzalo Sarfatti , una promesa de diez años, pequeño gran talento que nos asombró con su voz y su carisma


Viviana Güereschi nos habló de su lucha contra el ELA (esclerosis lateral múltiple) 


la chamiga Gladys Mabel Núñez, mala compañía con acento correntino



María Belén Villegas, nueva y tímida, hermosa su poesía


Un pájaro de azúcar es ella, como nombró a su libro recién nacido
Marta Elena Guzmán



Reynaldo Farías y su ternura en voz alta


Darío Leiva a corazón abierto


Ana Cielo Porto y Renzo Ruiz
cerrando la noche a pura guitarra

Noche bonita, matizada. Afectos que sortean distancias, horarios de colectivos, inconveniencias del clima y están, se arremolinan frente al fuego de la palabra.
Y son buenas malas compañías.

Café de invierno

Tanto frío no pudo contra las malas compañías.
Salzano unió los extremos, guirnalda de voces susurrando al oído de los pocos valientes de aquella noche helada.
Jesús Ferreyra llegó desde Las Parejas, Santa Fe; junto a María Teresa Archina de Córdoba. Asistencia perfecta de Darío Leiva. La bonita presencia de Cielo Matrángolo. La solemnidad de Luis Ferrari.









Poquitos pero buenos. La noche giró como un trompo. La palabra fue la frazada que nos envolvió. Y Berenice Porto se animó a narrar un cuentito de Javier Villafañe.
De la cocina de Nicolasa, el ají molido, los aromas a comino, el guiso de lentejas a fuego lento para derretir el frío y convocar los sabores de otras manos en cada cucharada.