miércoles, 17 de agosto de 2011

Malas Compañías en el Foro Provincial de cuentería

Malas compañías

Mamá me decía: -cuidate hija de las malas compañías, me decía - dime con quién andas y te diré quién eres -me decía.
Mientras mi tío refutaba todos sus proverbios y moralejas con un guiño disimulado
-A mí me las recomendó el doctor –y se reía con picardía.
Esas intromisiones le salían caras al tío, porque había que animarse a contradecir a la vieja. De ahí me quedó la espina y como soy desobediente por naturaleza, me consagré a la tarea de ingresar al universo de los bandoleros.
En la búsqueda dí con gente que se pavoneaba de su integridad y pulcritud, incapaces de perdonarse los errores, esos inútiles para equivocarse, estructurados que poco saben de la vida.
Mi tío me había marcado un camino, un secreto escrito entre libros, una filosofía de servilletas de papel y lápiz y círculos de café expreso.
Y me instalé en un bar a leer en voz alta mis penas.
Los solitarios comprendieron de qué hablaba. Me tendieron la mano, la oreja, una escalera, la luna. Compartieron sus propias tristezas y sus sueños. Traficantes de ilusiones eran, especuladores de anécdota, usureros de poesía, ladrones de sabiduría mundana, forajidos de abrazos auténticos.
Una joyita cada uno de ellos.
Mi madre estaría orgullosa de mí a pesar de los rezongos.
Me quedo en este antro, corrompida y extraviada, porque las palabras suenan mejores entre malas compañías.




















Con este cuentito nos presentamos el 12 de agosto en el Foro Provincial de Cuentería organizado por CuentoPalabra en el Subsuelo del Pabellón Argentina de la Universidad Nacional de Córdoba. Con la intención de compartir experiencias,logros y dificultades, conocer a los grupos que divulgan la palabra literaria y vincularnos, surgieron propuestas de trabajo conjunto.




















Una hermosa jornada que nos estimula a seguir creciendo...
Gracias a Alejandra Oliver Gulle, a Rubén López y a la gente de la Escuela de Narración Oral Dicho y Hecho!











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