Una cita con la poesía cada penúltimo jueves de cada mes, una Noche literaria para el reencuentro, café de por medio, mientras gira la palabra como un trompo en el alma.
viernes, 23 de septiembre de 2011
Café literario en el Museo Dubois
Domingo 19 de setiembre
Acompañando el primer aniversario de la inauguración del Museo Taller Dubois, las Malas Compañías nos acercamos a este espacio de arte para celebrar la cultura desde todas sus expresiones. Pintura, escultura, teatro, poesía, cuento y canto tejieron la vigilia de la noche del domingo que caía lentamente sobre La Peña, nombre de la casa donde vivió Gabriel Simonet desde 1933, un artista multifacético con una trayectoria que dejó huellas en el tiempo. Hugo de Pascuale y Nano Ferreyra hicieron una breve interpretación escénica de un momento conmovedor en la vida del escultor.
Fue conocido como Gabriel Dubois, apellido que adoptó en honor a su profesor Paul quien fuera director de la Escuela de Bellas Artes de Parìs.
Su fantasma anda en los jardines, en los muros, buscando arcilla de nuestro arroyo Chicamtoltina para sus figuras, ahora en el bronce en el hierro y en el vidrio, repujando madera o en el parpadeo de sus pinceles.
Puedo afirmar que se sentó entre nosotros a compartir la palabra.
Gracias a Guido Faoro y Luis Vié por la invitación.
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qué maravilloso fue para mí juntar a la gente que me dio acogida en Alta Gracia, al café y al taller...
ResponderEliminarpodría jurar, Claudia, que Dubois anduvo por allí, y también Tití, su hijo...
El Museo Dubois es una muestra incomparable de arte, de magia... invito a los que no lo conocen aún que se acerquen... la tarea artística multifacética de este hombre increíble que habitó estos suelos, deslumbra... en mis tardes de taller, he visto muchos extranjeros visitar maravillados las salas... bronce, hueso, barro, óleo, madera... todo lo que sus manos tocaban se transformó en arte maravilloso...
y allí las palabras acompañaron.... Gracias Clau, por coordinar este encuentro, gracias por la concurrencia... ojalá lo repitamos, esta vez al revés... llevando el taller a la "casa" del café...